ABSURDA?
Comencé a leer este libro por curiosidad, semejante despliegue publicitario da qué pensar. Sería simplemente el diario de una adolescente, una receta de cómo ser anoréxica, un impresionante relato de la cura por la palabra, un horrible mensaje: tuve anorexia, ahora soy feliz?Bien, la única manera de saberlo era arriesgarme a la lectura. Con un prolijo, irónico y muy ocurrente discurso, esta muchacha de nombre tan particular, escribe las letras de su goce, -entre otros- cierto placer por mostrar y ser mirada o leída, pero imaginada.Desde una angustiante soledad subjetiva, logra transmitir penosamente los repetidos e incesantes tropiezos que lenta y dolorosamente la estrellan contra el fondo de un pozo lleno de nada. Se ocupa minuciosamente de que el lector perciba cada detalle de su macabro modo de gozar, convirtiendo el mismo relato en una expresión de ese goce. Resultando además, una inconveniente receta de cómo ser anoréxica, bulímica, suicida, etc.Su escrito no es sublimatorio justamente por ello, no convierte aquel padecer en otra cosa sino que por momentos parece regocijarse en él. La salida por la misma puerta de entrada del síntoma no suele prometer grandes cosas.El libro es un recorrido hacia las antípodas del cielo y luego un sorpresivo salto hacia una mejoría sin muchas explicaciones. Una salida del infierno que supone la luz de una nueva cielo que no se reconoce en la anterior. Justamente el libro en su totalidad es el nexo más claro con el oscuro Cielo anterior.Tal vez el gran movimiento de esta prometedora joven tenga que ver con el acto que implicó su libro y no tanto con el discurso que éste alberga. Lo cual, nada tiene que ver con el mensaje publicitario más evidente: la anorexia la hizo exitosa, interesante y hermosa. Probablemente allí esté lo absurdo.
Autora: Natalia Zito.
En Respuesta a La autora me remitiré a la importancia que le damos los psicoanalistas a la "cura por la palabra", esta joven, ha escrito su padecer,esto no es nada facil. Pienso que muchos de los que han vivido escenas extremas se encuentran entre dos caminos "escribir o morir". Y escribiendo, matamos de a poco aquello que era en cierto momento inefable, "la cosa".
Saludos cordiales.
Lic. Marcela Cortes
Comencé a leer este libro por curiosidad, semejante despliegue publicitario da qué pensar. Sería simplemente el diario de una adolescente, una receta de cómo ser anoréxica, un impresionante relato de la cura por la palabra, un horrible mensaje: tuve anorexia, ahora soy feliz?Bien, la única manera de saberlo era arriesgarme a la lectura. Con un prolijo, irónico y muy ocurrente discurso, esta muchacha de nombre tan particular, escribe las letras de su goce, -entre otros- cierto placer por mostrar y ser mirada o leída, pero imaginada.Desde una angustiante soledad subjetiva, logra transmitir penosamente los repetidos e incesantes tropiezos que lenta y dolorosamente la estrellan contra el fondo de un pozo lleno de nada. Se ocupa minuciosamente de que el lector perciba cada detalle de su macabro modo de gozar, convirtiendo el mismo relato en una expresión de ese goce. Resultando además, una inconveniente receta de cómo ser anoréxica, bulímica, suicida, etc.Su escrito no es sublimatorio justamente por ello, no convierte aquel padecer en otra cosa sino que por momentos parece regocijarse en él. La salida por la misma puerta de entrada del síntoma no suele prometer grandes cosas.El libro es un recorrido hacia las antípodas del cielo y luego un sorpresivo salto hacia una mejoría sin muchas explicaciones. Una salida del infierno que supone la luz de una nueva cielo que no se reconoce en la anterior. Justamente el libro en su totalidad es el nexo más claro con el oscuro Cielo anterior.Tal vez el gran movimiento de esta prometedora joven tenga que ver con el acto que implicó su libro y no tanto con el discurso que éste alberga. Lo cual, nada tiene que ver con el mensaje publicitario más evidente: la anorexia la hizo exitosa, interesante y hermosa. Probablemente allí esté lo absurdo.
Autora: Natalia Zito.
En Respuesta a La autora me remitiré a la importancia que le damos los psicoanalistas a la "cura por la palabra", esta joven, ha escrito su padecer,esto no es nada facil. Pienso que muchos de los que han vivido escenas extremas se encuentran entre dos caminos "escribir o morir". Y escribiendo, matamos de a poco aquello que era en cierto momento inefable, "la cosa".
Saludos cordiales.
Lic. Marcela Cortes
Comentarios
Gracias por citar mi pequeño articulo en tu blog.
Te había dejado un comentario en el mío y recién después me encontré con tu espacio.
Te copio lo que había escrito.
Coincido con la idea de escribir o morir, en muchos casos resulta el anclaje a la vida. Que la angustia no sea solo eso.
Los libros de Primo Levi son un ejemplo claro de ello.
Ahora bien, no se si estoy de acuerdo que Abzurdah se trate de ello. Yo no he encontrado en el libro un testimonio desde la angustia, una marca que haga de pasaje entre un antes y un después. Más bien me he encontrado leyendo una mostración de goce.
Sin embargo me queda abierto el debate, porque no es algo que pueda tener claro, acerca de lo que significó el "acto" de publicar...
Saludos,
Natalia Zito
Saludos.
Marcela
Tal vez nuevas publicaciones de esta joven autora puedan dar cuenta de ello o no.
Un cálido saludo,
Natalia Zito
www.lapalabramatalacosa.blogspot.com